noviembre 26, 2018 - Notas 360°

La transición energética caracterizada por la sustitución de fuentes no renovables por renovables y el paulatino agotamiento de las reservas de gas, le determinan a La Guajira avanzar hacia un proceso de reconversión económica y así modernizar y diversificar el desarrollo productivo, multiplicando las oportunidades a partir de las potencialidades brindadas por la actual producción minera, la posición geoestratégica, la multiculturalidad y la diversidad agroecológica, para enrutarse hacia un proceso de prosperidad sostenible en el mediano y largo plazo.

Para responder a estos desafíos, son útiles los contenidos y los procesos de construcción de futuro identificados en el ejercicio colectivo de “Prospera Guajira”, visión que requiere el aporte de todos los niveles de gobierno, la comunidad empresarial y de la sociedad civil, cuyos ejes estratégicos son los siguientes: i) cambio en el modelo económico; ii) infraestructura y desarrollo regional; iii) multiculturalidad; iv) disminución de los conflictos inter étnicos en los procesos de desarrollo v) fortaleza institucional; vi) legalidad y tradición; y vii) transformaciones medioambientales.

En este contexto, para La Guajira se plantean cuatro objetivos estructurales:

  • Explotar integralmente las ventajas derivadas de la ubicación geoestratégica del departamento, que potencien las oportunidades con el desarrollo de inversiones estratégicas.
  • Consolidar un nuevo modelo de desarrollo económico departamental, fundamentado en la diversidad de los sectores potencialmente competitivos, la sostenibilidad de las iniciativas, la promoción de la asociatividad y los emprendimientos locales.
  • Construir un modelo educativo que fortalezca el capital humano de La Guajira, a través de la integración de sus tradiciones culturales y la sostenibilidad económica.
  • Hacer eficiente y funcional la estructura pública, político administrativa del departamento y sus municipios.

Para dar el salto del modelo extractivo a un nuevo modelo de desarrollo económico diversificado, La Guajira requiere de más Estado y más mercado, por lo que se hace necesario priorizar obras de infraestructura que permitan su integración al resto de la nación, las cuales se presentan en la tabla 1.

Tablas 1. Obras priorizadas en los planes de desarrollo de La Guajira

Con esta infraestructura de base para el despegue y para su sostenibilidad, se requiere que la iniciativa privada esté en el centro de las estrategias de desarrollo del departamento y del mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes. En esa medida, se pueden aprovechar los eslabonamientos hacia adelante y hacia atrás de la minería con los sectores como el agropecuario, la energía eólica y el turismo.

En la nación existen diferentes instrumentos reglados en la financiación de proyectos. La asociatividad, asociaciones público privadas, los contratos plan, la cooperación internacional y el novedoso instrumento de Obras por Impuestos, que puede ser extensivo a Obras por Regalías, hacen parte de la estrategia de financiación del desarrollo territorial.

Sector agropecuario

En este sector es importante recalcar que La Guajira no empieza desde cero. El departamento se ubica en los primeros lugares en la producción de yuca y papaya. Igualmente, tiene el mayor rendimiento de todos los departamentos de la región Caribe. En cabezas de ganado caprino, ovino ocupa el primer lugar. En banano tipo exportación, ají y patilla ocupa el tercer puesto. Está en quinta posición en la producción de ganado porcino y algodón. La entrada en operación del distrito de riego del Ranchería, dinamizaría el sector hortofrutícola en el sur, que podría generar excedentes exportables hacia las Antillas.

Energía eólica

El sector de energía eólica encuentra unas condiciones excepcionales en La Guajira para su desarrollo. Ella tiene un potencial de 15.000 MW solo en energía eólica y granjas solares, lo que representaría cerca del 90% del total que en la actualidad se genera entre todos los tipos de fuentes en Colombia. Los vientos en la península oscilan entre los 5m/s y 11m/s durante todo el año. Colombia tiene una radiación solar promedio de 4,5 KW por metro cuadrado, con algunas áreas del Caribe como La Guajira que alcanzan 6 KW, lo que es 66% superior al promedio mundial.

Hasta ahora, hay actividades bajo la modalidad de pruebas pilotos que, de acuerdo a las cifras de la Unidad de Planeación Minero Energética – UPME, tienen capacidad para generar 1.160 MW o megavatios eólicos. Se prevé que en los próximos 5 años, La Guajira aporte el 13% de energía en la matriz de generación nacional. Para tal fin, el gobierno nacional ya ha puesto en marcha el proceso regulatorio y ha contratado la línea de interconexión nacional de los generadores desde La Guajira.

A manera de reflexión

La Guajira tiene una ubicación geoestratégica de alto valor para el país, que le ofrece oportunidades excepcionales de desarrollo, pero que ni la Nación ni el departamento han sabido aprovechar. Igualmente, requiere pasar la página en la que se le identifica como una región de la frontera nororiental colombiana en donde la mayoría de su población, especialmente la indígena, se encuentra en condiciones de pobreza y sus instituciones dependen de las transferencias de las regalías que se generan en el contexto de un modelo de desarrollo extractivo. Cambiar esa página es obligante, dado que el momento histórico se caracteriza por el decline de la producción carbonífera y el agotamiento de las reservas de gas, que se han constituidos en la base de la producción regional durante los últimos 40 años.

Para superar esta fase, se hace necesario generar acuerdos entre la Nación y la región con dos objetivos básicos: i) iniciar un proceso de cierre de brechas sociales, el cual se propone acometer entre el 2019 y el 2030, buscando disminuir la incidencia de la pobreza y la desigualdad, en consistencia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible – ODS y ii) generar obras e inversiones de apoyo a la producción que permitan acercar el Estado al territorio y con ello ampliar las condiciones y dinámicas de los mercados.

Estas acciones desde una visión compartida son determinantes para que el departamento pueda ingresar a un modelo de desarrollo económico diversificado y sin la tradicional dependencia de la industria extractiva. Para lograrlo, se puede aprovechar lo que existe y se encuentra determinado por la industria minera, la posición geoestratégica de la península, la multiculturalidad existente en el territorio, la diversidad agroecológica y el desarrollo de un modelo de gobernanza donde exista un trabajo articulado y coordinado entre los actores presentes en el territorio. Estado, Empresa Privada, ONG y ciudadanía.

Dado que la debilidad institucional del departamento genera efectos negativos en aspectos políticos, sociales y económicos, se requiere avanzar en un proceso de fortalecimiento de las instituciones regionales y locales, las cuales deben ser capaces de administrar con pertinencia y calidad los recursos que demanda el cierre de brechas, la inclusión social y la reconversión productiva en el territorio.

Por el lado de la nación, se hace importante acometer reformas al Sistema de General de Regalías para apoyar a los departamentos y municipios productores en su reconversión económica.

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