enero 21, 2019 - Notas 360°

El siguiente informe, es basado en el documento de trabajo sobre economía regional: La pobreza en Riohacha: diagnóstico, análisis y propuestas. Elaborado por GUAJIRA360° y el Centro de Estudios Económicos Regionales del Banco de la República.

El objetivo número uno de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas dicta que para el año 2030 se debe erradicar la pobreza en todas sus formas y dimensiones en todo el mundo. Colombia ha realizado avances en esta línea y las cifras muestran que entre 2010 y 2017 la pobreza monetaria se redujo al pasar del 37,2% al 26,9%. Sin embargo, aún existen rezagos en esta materia y prueba de ello es Riohacha, ciudad que mantuvo constante su incidencia en 46,9% para este periodo de tiempo. Lo anterior, exige una intervención integral en cuatro sectores: educación, empleo, vivienda y servicios públicos, cuyo costo total se estima en 372,7 millones de dólares para el periodo comprendido entre 2019 y 2030.

La pregunta que surge luego de conocer el valor de las inversiones está orientada al cómo estas podrían ser financiadas. El Gráfico 1 presenta la evolución de los principales ingresos de la ciudad en los últimos años. Como se puede observar, las transferencias del SGP cuentan con la participación más alta, alrededor del 78,8% de los ingresos totales en 2017. Por su parte, las regalías aumentaron su participación a partir de 2012 con la creación del SGR. Sin embargo, estas perdieron importancia en el último año. Igualmente, los ingresos propios, en donde se incluyen ingresos tributarios y no tributarios, muestran una baja participación en 2017 (6,9%), sin crecimientos importantes en los últimos años.

Gráfico 1. Fuentes de ingreso en Riohacha, 2000-2017

En relación al rubro de ingresos propios, Ramírez et al. (2016) encuentran que el esfuerzo fiscal propio tiene una relación negativa y estadísticamente significativa sobre la tasa de pobreza y la brecha de pobreza en los municipios de Colombia. Con base en lo anterior, una primera fuente de recursos para financiar las inversiones podría ser el resultado de un mayor esfuerzo fiscal.

Aunque es difícil conocer con precisión la capacidad fiscal en los municipios de Colombia, Bonet y Ayala (2016) presentan una aproximación a este indicador. Para construirlo, los autores acuden a algunos determinantes observables del recaudo como el tamaño del gobierno, la población y el PIB per cápita1. Según los resultados obtenidos, Riohacha contaba en 2014 con una capacidad fiscal de aproximadamente 148.716 millones de pesos. Por su parte, el recaudo efectivo en durante ese mismo año fue de 22.010 millones de pesos, resultando en un potencial recaudatorio de aproximadamente 126.706 millones de pesos y una eficiencia en el recaudo de tan solo 15%.

Para conocer con precisión cuántos recursos adicionales se podrían recaudar con un mayor esfuerzo fiscal, se calcula el potencial recaudatorio en la ciudad en dos escenarios distintos: cuando la eficiencia recaudatoria se mantiene en 15% hasta 2030 y cuando esta aumenta hasta 75% (Bonet y Pérez, 2017). Los resultados indican que el aumento de la eficiencia recaudatoria podría generar aproximadamente 1,5 billones de pesos equivalentes a 512 millones de dólares. El Gráfico 2 presenta la distribución de los recursos en estos 12 años.

Gráfico 2. Recursos adicionales con aumento de eficiencia, 2019-2030.
Millones de dólares

Con base en esta proyección, si se cumple la meta propuesta, el mayor recaudo de ingresos propios alcanzaría a cubrir, en su totalidad, las inversiones propuestas en este estudio que alcanzan un valor total de 372,7 millones de dólares. Esto sin considerar otras fuentes potenciales de recursos como regalías y recursos para inversión del Presupuesto General de la Nación (PGN). Incluso, la adopción de estrategias que aumenten la calidad del gasto a través de una mejor gestión pública territorial podría también aumentar la disponibilidad de recursos en la ciudad.

En relación a este último punto, el Índice de Gobierno Abierto calculado por la Procuraduría General de la Nación (PGN) revela que en Riohacha hay espacio para mejorar en este ámbito.

En particular, este indicador mide el nivel de reporte de información en la entidad y el estado de avance en la implementación de normas para promover el fortalecimiento de la gestión pública territorial. En 2016, Riohacha ocupó el cuarto lugar con peor desempeño en este indicador, siendo las variables de transparencia y rendición de cuentas las de menor desempeño (Gráfico 3).

Gráfico 3. Índice de Gobierno Abierto 2016

Según Rodriguez-Pose y Wilkie (2017), la presencia de deficiencias en la gestión pública local puede ser un obstáculo para el desarrollo económico y social de los territorios. En particular, los autores señalan dos estrategias importantes para maximizar los retornos de intervenciones como la que ha sido presentada en este estudio. Por un lado, se debe aumentar la capacidad de los gobiernos subnacionales para asegurar que estos sean técnicamente capaces de asumir sus responsabilidades, y por otro, se debe promover la gobernanza a través de los distintos niveles de gobierno para mejorar la coordinación vertical y horizontal, y garantizar la coherencia entre los recursos asignados y las responsabilidades asumidas.

REFLEXIONES FINALES

Para terminar, surge una última pregunta: ¿cómo Riohacha podría lograr una mayor eficiencia en el gasto y la generación de recursos propios? Bonet y Pérez (2017) señalan algunas estrategias importantes. Una de ellas involucra la implementación de herramientas tecnológicas en la gestión fiscal, como es el caso de la sistematización de la facturación y cartera de los impuestos locales. Por otra parte, es necesario contar con estatutos tributarios territoriales que establezcan claramente las reglas de juego para el cobro, recaudo y fiscalización. Por último, en materia de calidad del gasto, una de las estrategias consiste en ofrecer acompañamiento técnico en el diseño, formulación y ejecución de proyectos, así como adoptar instrumentos novedosos que permitan atar la financiación con los resultados.

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