septiembre 29, 2020 - Notas 360° | Principal
El Banco de la República define el PIB como el total de bienes y servicios producidos en un país durante un período de tiempo determinado. Incluye la producción generada por nacionales residentes en el país y por extranjeros residentes en el país, y excluye la producción de nacionales residentes en el exterior.
En Colombia, el PIB es medido por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) con el cual se evalúa la actividad productiva del país, de los departamentos y el desempeño de los sectores económicos.
Es importante destacar que a nivel internacional solo 41 países efectúan cálculos regionales del PIB, con periodicidad anual. Junto a los 27 países de la Comunidad Económica Europea y países latinoamericanos como Brasil, Ecuador, Uruguay, Panamá, Bolivia, Chile, Perú y México, Colombia publica cálculos del PIB por regiones. En este listado de buena práctica también se encuentran Australia, Canadá, Estados Unidos y Japón.
En ese contexto, el DANE publicó recientemente los resultados regionales para el año 2019. El PIB nacional es de 1.062 billones de pesos. Los departamentos con mayor PIB son Bogotá, Antioquia y Valle con 270.8, 153.5 y 103 billones, respectivamente. Estos tres departamentos concentran la mitad del PIB nacional.
Los departamentos con menor PIB son Vaupés y Guainía con 306 y 410 miles de millones de pesos, respectivamente.
Los sectores económicos que tienen mayor participación y con mayor aporte al crecimiento del PIB nacional, son el de comercio, transporte, alojamiento y servicios de comida con un 17,7%, administración pública y defensa, educación y salud con un 15,1% y el sector de las industrias manufactureras con un 11%.
Estos resultados indican que en el año 2019 Colombia aumentó su PIB en 3,3%, la cifra más alta de los últimos 5 años. 18 de los departamentos registraron un crecimiento por encima del indicador nacional y 15 lo hicieron por debajo. Los únicos departamentos que tuvieron un crecimiento negativo en el PIB departamental fueron Putumayo y La Guajira.
De acuerdo con el boletín técnico del DANE, en la región Caribe, las actividades económicas que impulsan el crecimiento son administración pública y defensa, educación y salud, comercio al por mayor y al por menor, transporte, alojamiento y servicios de comida; explotación de minas y canteras e industrias manufactureras.
PIB de La Guajira 2019
De acuerdo con estos resultados, La Guajira en 2019 tuvo una tasa de crecimiento de -0,8% con un PIB de 11,4 billones de pesos. Esto lo ubica en la posición 21 a nivel nacional.
El crecimiento negativo de La Guajira, se explica con el desempeño negativo del sector más importante para la economía departamental. La explotación de minas y canteras tuvo un crecimiento negativo de -6,2%.
Este resultado negativo del sector minero en La Guajira se da como consecuencia de la disminución de la demanda del carbón a nivel internacional, la caída de los precios, la inestabilidad jurídica y bloqueos en contra de la empresa Cerrejón, los cuales han dificultado y retrasado la expansión de la operación para dar respuesta a la crisis del mercado internacional del carbón.
El desempeño de este sector económico es clave para los resultados de La Guajira, dado que en 2019 representó el 38,9% del PIB departamental. En 2018 representaba el 45,4%
A pesar del decrecimiento, los sectores que mejor comportamiento registraron fueron el de administración pública, educación y salud con un crecimiento de 2,7%, seguido de comercio, transporte y alojamiento con 1,1%. De igual forma, el sector de agricultura, ganadería, silvicultura y pesca presentó una evolución positiva con un crecimiento de 0,9% con respecto a 2018.
Como elemento positivo, La Guajira ha logrado que los sectores estratégicos y de vocación histórica para el futuro económico del departamento presenten un crecimiento positivo en 2019. El comercio, el turismo y el sector agropecuario vienen recuperando protagonismo e incidencia relevante para jalonar la producción departamental.
En la composición sectorial del PIB departamental, los sectores de minas y canteras y administración pública, educación y salud presentan una mayor participación con un 38,9% y 20,5%. Lo que indica que estas dos ramas económicas concentran el 60% del PIB de La Guajira.
El PIB de La Guajira por habitante es 12,3 millones de pesos. Los departamentos con un PIB por habitante mayor a nivel nacional son: Casanare; Meta y Bogotá D.C., con indicadores por habitante que triplican el del departamento guajiro.
Estos resultados del PIB departamental deben llevar a la reflexión de los siguientes puntos:
La Guajira no se está preparando para la era de la post minería. El sector minero que actualmente se encuentra en crisis y en la recta final de operaciones aporta el 38,9% del PIB y aun no se cuenta con un plan de acción claro para diversificar y fortalecer otros sectores económicos.
La Guajira debe disminuir la dependencia del sector minero, es imperante potencializar sectores como el comercio, turismo, construcción y agricultura. Los planes de desarrollo y la etapa de reactivación económica son la oportunidad para trazar hojas de ruta para el fortalecimiento de estos sectores, a su vez, las entidades territoriales deben dirigir esfuerzos para aumentar sus recursos propios y reducir su dependencia de las regalías y las transferencias.
La crisis del Covid-19 de 2020 agudizará el desempeño negativo de la economía departamental. Sectores emergentes como el del turismo y el comercio son los más afectados por la pandemia y aun no se conocen los planes de reactivación de municipios claves como Riohacha y Maicao. Si bien se han dado diferentes acciones de reapertura económica aun no se conocen planes detallados y las fuentes de financiación.
La huelga de Cerrejón agravaría la crisis de la empresa y el desempeño de la economía departamental, sobretodo la de aquellos municipios cercanos a la operación, donde la mayoría del comercio, negocios y transacciones de la zona giran en torno a la demanda y la capacidad adquisitiva de los empleados y contratistas de Cerrejón y sus familias.
En ese sentido, se debe insistir en la negociación y el diálogo para lograr un acuerdo balanceado en el que se garanticen mejoras y beneficios para los trabajadores y se asegure la competitividad y sostenibilidad de la empresa, de tal forma que, siga siendo rentable para sus accionistas y genere ingresos para los municipios productores y el gobierno central.